martes, 1 de noviembre de 2011

Se busca a Dios

Dios es ahora nuestro pasado, pues ya no se incluye como un verdadero sentido de vida. O, ¿Habrá alguien que pueda afirmar de manera lógica lo contrario? Y así como existen numerosas interpretaciones para este "concepto", también las hay para otros como el yo -sujeto- y el mundo en general. ¿Cuál es la verdad entonces? La propia subjetividad es la que nos hará concretar nuestra libertad a través de las mismas contradicciones del ser humano. Cada quien busca la verdad y encuentra en el mismo cielo una distinta, es decir, la base de la actividad humana es el discernimiento puro hacia su trascendencia: lo que me haga ser más (me potencialice), será lo mejor para mí y así, lo más genuino.  
Dios ha muerto, dice Nietzsche, nosotros -los hombres racionales- lo hemos matado. ¿Cual será ahora la trascendencia humana? Buscar la verdad, la felicidad y demás conceptos que se nos muestran superficialmente en cualquier comercial de televisión o revistas de moda (tal cual, muchas ideas en la actualidad son modas). Todo el mundo busca la seguridad para vivir y ser feliz, pero qué cosa más incierta que la vida misma que sólo es pasar y cambio continuo. Como afirmó el emperador Calígula (1) : El hombre en su contradicción es un descanso a la vida trágica y sin sentido. 
¿Qué sentido recobrará el lunes, comienzo de semana, si siempre se está a la aparente espera infinita del fin de semana que promete descanso y regocijo en la distracción del tiempo?
En el puro relativismo nos encontramos. ¿Quién buscará a Dios en esta época de cansancio y apatía? ¿O Quién gozará de su ausencia? El que decide emprender su camino hacia su propia verdad, buscará en los más recónditos lugares de su interior.

La maestra, Marcela Zapata, redacta en una tesis la exploración de la religión desde nuestras épocas prehispánicas y las justificaciones que expone a lo largo de ella me parecen interesantes, además que resume muy bien la idea con respecto a esta actitud generacional a la que me refiero:

" Hubo un momento en que Dios era omnipresente en las sociedades mesoamericanas. Hoy en día, Dios parece estar ausente, y lo peor de todo es que no se note. Parece que Dios no es necesario en la vida cotidiana de los hombres. Lo que era necesario y fundamental para las personas en otros tiempos hoy en día parece estar fuera de fecha. Los hombres de la sociedad posmoderna mexicana han establecido de una manera más cómoda y placentera de la vida (relativismo moral que es conveniente y fácil de manipular). Entre las nuevas generaciones, podemos ver una especie de juventud, sin cuestionamientos, parece que sus preocupaciones terminó antes de la rutina diaria, frente a un futuro más o menos planificado y material. La razón de la vida parece no importar para su existencia. Dios, en realidad entendida como una realidad llena de sentido, está ausente o es mucho más allá del horizonte de muchas personas tratando de encontrar la felicidad sin él, lo que para el progreso científico y una esperanza espiritual falsa, como el Tarot, la curación de cuarzo, y recargar la energía divina, entre muchos otros. Esta fase de la sociedad nueva que se ha denominado como: sociedad tecnocrática, sociedad programada o sociedad post-industrial. Esta es la era de la automática, la informática y marketing, en la que el hombre agota su naturaleza detrás de hacer para hacer las reglas en sí, dejando atrás el "por qué" y "para qué" de todo lo que piensa y hace."


1. Calígula es una obra teatral escrita por Albert Camus  (1913 - 1960) fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo francés nacido en Argelia.
En su variada obra desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana.


                                                                                                                         
                             Publicado por Tanya Villarreal  

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